Los ácidos desatascadores son útiles cuando hay retención es en una tubería pequeña (fregaderos) por reducción de sección por jabones o grasas por ejemplo. Al circular el ácido por la tubería va disolviendo los restos solidificados en las paredes hasta recuperar la sección por completo. Pero si la tubería está cegada totalmente o el atasco está formado en una tubería comunitaria de mayor sección (véase en este blog el origen de un atasco), el ácido queda acumulado en el tubo libre y dependiendo de su composición puede coger mucha temperatura con lo que si el tubo es de plástico y está al aire deformarlo o derritirlo; o puede cristalizar (sosa cáustica) en su interior e irremediablemente haya que cambiarlo.
A parte hay que tener mucho cuidado en su manipulación, siguiendo los normas de prevención de la salud por intoxicaciones o quemaduras, y tener en cuenta que lo que toque lo dañará (suelo, paredes, cerámicas, etc.)